Policías o bandoleros

Desde el principio no he visto con buenos ojos lo de los aplausos u otras actividades relacionadas con estas muestras de apoyo social que promocionan diferentes personas desde que empezó todo esto.

Esto es porque este tipo de cosas no sientan bien a todo el mundo.

Yo no he salido a aplaudir porque me pareció un gesto vacío que efectivamente no sirve para nada.

En vez de aplaudir he intentado pensar como vamos a salir de esto con la mente sana y sin llegar a ser arruinados porque al final esto es lo que importa.

Espero que no me vais a entender mal.

Respeto a los médicos y tras mis experiencias medicas los respeto aun más que cualquier otro profesional.

Pero al fin y al cabo son personas que hacen su trabajo como sepan mejor hacerlo y ser medico o enfermero fue una elección personal.

Aceptaron los riesgos igual que los policías u otros profesionales que están en la primera linea.

Y hablando de policías porque ellos son más importantes en el contexto actual, la Policía Local de Palma publico este mensaje en su página de Facebook:

Y todo esto por una tontería tan relevante como lo de los aplausos.

A alguien de la policía de un pueblo pequeño le pareció bien ir a la ventana de un niño para cantarle por su cumpleaños.

Fue un pequeño detalle, pero un detalle que llego al ridículo.

Por este pequeño detalle, discriminatorio, muchos de los que están confinados entendieron que tienen el derecho de que la policía hace de bandoleros por el cumpleaños de su hijo.

Porque si al final esto se presenta como un hecho normal, todo el mundo entiende que tiene este derecho.

Y es igual con los aplausos.

Si aplaudimos a los sanitarios porque no aplaudir a los camioneros o a los de las gasolineras o los paisanos que siembran la lechuga o los tomates?

Por esto se llega al ridículo porque si uno se merece, entendimos que todos nos lo merecemos y si somos rechazados pensamos que no haya igualdad.

Al fin y al cabo se llega a envidia y la envidia transcurre hacia el odio.

Por esto existe un problema en el discurso de la igualdad.

Está equivocado y cualquier intento de hacer el confinamiento más fácil puede llegar a una discriminación o una situación absurda.

Lo confirma lo que paso con la Policía de Palma donde los sistemas de comunicación con los ciudadanos están colapsados de peticiones de serenadas.

La gente cree que tal vez los policías se aburren y de este modo les piden hacer una serenata bajo el balcón.

Nadie parece darse cuenta de lo ridículo y absurdo que es.

Tal vez ni siquiera los jefes de la policía, hasta ahora.

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